"Tengo un sabor amargo que no se quita con nada. Se me vienen olores. Imágenes. Recuerdos de las veces que sonreí de pura felicidad. Pero se me inundan y oscurecen por tantas lágrimas derramadas.
No es una despedida. Vuelvo. Siempre volveré.
Volveré cuando me lean en algún lado. Volveré cuando me vean haciendo algo que hice en la plaza, en la calles, en mi casa, en la tuya. Volveré para besar las frentes cuando se recuesten a dormir y se sumerjan en un sueño tan profundo que no sentirán mi presencia. Pero estaré ahí.
No los dejo solos. No sientan eso. Me voy lejos. ¿Se acuerdan cuando les decía que no aguantaba estar siempre rodeada de las mismas cuatro paredes y que quería irme lejos a empezar una nueva vida? Bueno, ahora me alejé, empiezo un nuevo camino. Me despedí a mi manera, mirándolos, sonriendo, queriendo ser fuerte y darles fuerza, para que hoy no estés mal. No lloren. Porque partí en paz. Con una tranquilidad inmensa. Con el recuerdo de todas las cosas hermosas que viví con ustedes. Cada cual sabe qué hemos hecho. Pero la tristeza era más intensa, el dolor de no pertenecer realmente a ningún lugar, a ningún grupo. No tener una pasión, un objetivo. No ser lo que soñé. Ser lo que odié siempre.
No hay culpas. No quiero que las haya. Nadie es culpable de lo que hice más que yo misma. Es una decisión más en mi vida. Sin influencia de ninguna persona, de nada.
Me pregunto todo el tiempo qué harán después de que no esté. Me gustaría acompañarlos durante toda la eternidad... No me quiero ir, pero es necesario para cesar muchas cosas generadas en mí. Cosas que no quiero volver a sentir.
La vida debe ser tranquila, debe ser hermosa, si uno está en paz.
Hagan en paz todo lo que siempre quieran hacer. Y no olviden que los quise."
Soñar con la muerte no es más que un intento de sentirse vivo.
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