jueves, 20 de enero de 2011

Cuenta regresiva

Despedida sin besos, sin sonrisas. Un adiós con un nudo en la garganta, y tantos motivos por llorar. Una dulce amargura que sella estómagos, y baja las miradas. Una huella, una herida imposible de cicatrizar. Un recuerdo más en la historia.
Incomodidad, silencio, silencio, silencio. Temas inevitables, charlas profundas, alguna lágrima, y a llorar. Sólo por dentro. No hay que demostrarlo. La cercanía de los cuerpos, erizaba la piel, las coincidencias alegraban almas.
Sonrisas sin sentido, nerviosas, y llenas de esperanzas. Agujeros e insectos invadiendo el interior del cuerpo, esperando que alguna maravilla llegue; o, al contrario, pase algo que los aniquile.
Inquietos pensamientos, una espera que no llega. El lugar indicado, a la hora precisa, espera la señal para arrancar casi disparando todos los sentidos para envolver al otro cuerpo y dejarlo atado al propio.
Abriendo los ojos, caer en cuenta que el día llegó, estar perdido por no saber que nos deparará la vida esta vez. Si las cosas saldrán bien, como uno desea.

No hay comentarios:

Publicar un comentario